domingo, 8 de septiembre de 2013

¿Agresividad o miedo?

En muchas ocasiones nos hemos encontrado con perros peleones, macarras o directamente con una conducta de agresividad que "asusta". Pues, aunque no lo parezca, en la gran mayoría de las ocasiones estas reacciones vienen del miedo y no determinan que tengamos ante nosotros un "perro agresivo", sino más bien un perro con "un comportamiento de agresividad". Hemos de diferenciar muy bien estas dos cosas si no queremos llegar errores en el diagnóstico y por lo tanto en la terapia a seguir para la resolución del problema.

¿Qué hacemos si nuestro perro tiene una conducta de agresividad debido al miedo? Incialmente debemos de contactar con un profesional experto en comportamiento canino y buscar ayuda para solucionar el problema. Queremos recalcar que lo que tenemos entre manos es un problema de comportamiento y no de obediencia con lo cual con adiestramiento no solucionaremos nada aunque logremos controlar ciertas conductas. De este mismo modo hay que asegurarse que el profesional con el que contactemos trabaje con metodologías en positivo y no use ni collares de puas, descargas, ahogo o base su entrenamiento en tirones de correa, dominancia, sumisión o imposiciones de conductas. El buen profesional deberá de realizar una evaluación previa del problema hablando con los propietarios para saber todo lo que necesite referente al perro, al contexto que lo rodea, a su historia o cualquier otro dato relevante.


Nos podemos dar cuenta de que empezamos a tener este problema o podemos llegar a tenerlo cuando entre muchas otras cosas nuestro perro, aun siendo un cachorro, es desconfiado y no se deja manejar en condiciones, de vez en cuando gruñe a otros perros por algun juguete o por comida, en ocasiones se esconde debajo de la cama o silla y se queja, gruñe o directamente suelta la boca, etc. Existen miles de conductas que nos hacen ver que tenemos un problema y que muchas veces no somos capaces de ver. Por este motivo aconsejamos ponerse en contacto con un profesional a la mínima duda de que exista algúna conducta no deseada. Generalmente cuando se tiene una duda es porque algo hay que no va bien y la ayuda de un profesional nunca vendrá mal.

El perro con miedo en muchas ocasiones adopta un lenguaje aparentemente "dominante" pasando a ser el primero que ataca, gruñe, muerde o agrede verbal o fisicamente al resto de perros o a personas. Hemos de recordar que realmente esto no es dominancia y que este término está muy lejos de su significado real cuando se habla en la jerga de la calle con expresiones como por ejemplo..."este perro es dominante" , pero es la mejor forma de que sepais a que me estoy refiriendo. Como apunte diré que la dominancia realmente no implica agresividad y que este tipo de conducta es una conducta alterada, que no dominante. Si tienes un perro con estos rasgos asegurate primero antes de hacer nada si tiene un problema de competitividad o de miedos.
Perro con miedo escondido debajo de la silla
Por otra parte he de decir que el miedo es un estado emocional y por lo tanto como todos los estados emocionales deberíamos de tratarlo como tal. Cuando trabajamos estos problemas nunca debemos dejar a un lado las emociones del perro. En multitud de ocasiones controlando estp conseguimos solucionar una gran parte del problema. Por supuesto estas emociones van ligadas directamente a un nivel de estres altísimo que hace que el perro entre en lo que perfectamente podríamos llamar "indefensión". Deberemos de realizar ejercicios adecuados y pautas concretas para reducir el nivel de estres del perro, como por ejemplo revisar las pautas de juego, con quien juega como y porqué, las pautas de salidas y paseos, etc.

El trabajo con este tipo de problemáticas es algo que debe de hacerse con el asesoramiento y guía de un profesional adecuado. Es un proceso progresivo en el que la paciencia y el "poco a poco" es el día a día. No aconsejamos realizar una "inmersión de la conducta" si no hay un muy buen profesional asesorando en ese preciso momento, es decir, llevar al perro a un sitio donde le soltemos con multitud de perros. Realizar la inmersión de la conducta sin saber hacerlo puede empeorar el problema.

El uso de aversivos empeorará el problema seguro, se lo puedo decir por experiencia, todos los clientes que he tenido con este problema y que han acudido a un centro donde se usaban aversivos para comprimir la conducta cuando han llegado a mis manos el problema era mucho más grave que inicialmente. También he tenido casos en los que han empeorado porque el dueño castigaba a su perro o le habían aconsejado el castigo o "corrección".

La mayoría de problemas de miedos vienen desde etapas tempranas, con lo que aconsejamos dar clases para cachorros y que nos enseñen a educarlo y prevenir estas cosas. Es importante saber que la etapa de socializacion o de "perdida de miedos" se da hasta los tres o cuatro meses de edad a lo sumo. Es una etapa fundamental en el crecimiento del perro en la que ha de salir a la calle y socializarse con todo, ruidos, personas, perros, etc. Si realizamos bien esta etapa todo irá bien a no ser que ocurra algún suceso puntual que pueda causar un trauma de fobias. Si dejamos algún punto dentro de la etapa de socialización que no se ha cuidado lo suficiente seguramente en un futuro tengamos problemas de comportamiento relacionados con este déficit. En muchas ocasiones cuando nos llega el cachorro ya es tarde, bien porque ha sido adoptado o porque el criador no es todo lo bueno como criador que debería de ser y no socializa a sus cachorros. Si este es tu caso recomendamos ir cuanto antes a clases de educación canina para paliar esta falta de socialización lo antes posible y que no se llegue a convertir en una problemática en el futuro de la convivencia.

Un perro ha de ser socialmente estable, puede y debe serlo si se le educa en condiciones y si el propietario se implica lo mínimo que ha de implicarse alguien cuando se opta por convivir con un perro.
 

Oscar Gil Martorell
Educador y terapeuta canino

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